La palabra tío que usamos en el lenguaje coloquial para referirnos familiarmente a otra persona ya era usado en el siglo XVI. Nos lo cuenta Pancracio Celdrán en su libro “Hablar con corrección”.
En concreto habla de un texto de Juan Rufo titulado Seiscientas Apotegmas en el que se dice:
"Llamaremos, si tú quieres,
por excusarnos de nombres,
tíos a todos los hombres
y tías a las mujeres."
También cuenta el señor Celdrán cómo en el siglo XIX hay muestras del uso de ese “tío” informal, como es este caso:
"Amigo mío, ya no pienso como ayer…
Para eso hay que tener cara de vaqueta, tío."Y para acabar, un cuplé de 1918 titulado Paca la Peque, que decía:
"El otro día… me dijo: oye, peque, si tu quisiera tendrías ya un taller de confección; le pregunté dónde y el tío fue y me dio un pellizco en el recibimiento."
Te quedas tío



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