Estar en capilla

En los primeros tiempos de la Universidad de Salamanca, las clases y los exámenes tenían lugar dentro de la catedral. Cuando los estudiantes hacían su examen de grado, es decir, el examen final de su formación y el más importante de la misma, habían de pasar la noche anterior a la prueba en una capilla de la catedral, encerrados. Allí, sentados y despiertos (con suerte), esperaban la hora clave y repasaban su estrategia y argumentos de cara a la defensa de su tesis.
Existen también, diversas explicaciones de esta frase, relacionadas con el mundo del toreo y de los presos, no obstante nos quedamos con ésta que hemos dado (fuente curistoria)

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