Cayo Mucio Scevola fue el fundador de una ilustre familia romana. En el 507 A.C. el rey etrusco Porsenna sitiaba Roma, y Cayo Mucio quiso matarle. Entró en la tienda real, pero se equivocó de víctima. Porsenna le amenazó con torturarle, y Cayo Mucio puso su mano en un brasero y dejó que se consumiera, exclamando: "Así castigo el error de mi mano". Admirado, Porsenna le perdonó la vida y levantó el asedio, y a Cayo Murcio le llamaron Mucio Scevola, que significa el que sólo conserva la mano izquierda (o el manco), y éste es según Tito Livio, el hecho histórico que explicaría el origen de la expresión poner la mano en el fuego, con el significado de estar tan seguro de algo o alguien que si te equivocas, estás dispuesto a quemarte la mano.
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