Sin palabras

El historiador Griego Herodoto, califica de comercio silencioso al del pueblo púnico con los pueblos de la costa africana. Al llegar a un fondeadero y, después de avisar con señales de humo su presencia,los comerciantes dejaban en la playa los productos con que querían traficar, retirándose luego a sus naves. Al momento acudían los habitantes de los poblados cercanos, quienes a su vez depositaban las mercancías que consideraban apropiadas como justo pago. De nuevo saltaban a tierra los fenicios y, bajo la atenta mirada de los indígenas, que se habían alejado a cierta distancia, consideraban la propuesta. En caso de sentirse satisfechos, la operación se daba por cerrada; si no, regresaban a bordo, a la espera de que los nativos incrementaran su oferta. Y así hasta que ambas partes estuviesen conformes.

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