
Los équidos jugaron un papel clave en la antigua sociedad ibérica: desde la guerra, a las creencias en el más allá, pasando por la vida diaria y la economía doméstica. Historiadores y arqueólogos aseguran que se convirtieron en símbolo de poder y de estatus social. Pero, además, también disfrutaban de unos considerables atributos simbólicos, tanto en el imaginario religioso como en los valores de una sociedad fuertemente jerarquizada. El caballo, omnipresente, aparece como símbolo de poder y de estatus social, como emblema que significa a las estirpes aristocráticas.
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