En el Madrid de los Austria, siendo rey Felipe II y motivado por los atascos y problemas de circulación de los carruajes ; las autoridades ordenaron que sólo se circulase por Madrid con los vehículos que fuesen tirados por dos caballos. Los que llevasen tres o más tiros quedaban reservados para los días de fiesta. De ahí el dicho Ir de tiros largos.
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